RESUMEN DEL CAPITULO 8

Después de ser golpeado por su compañero de habitación, Holden Caulfield, decide ir a Nueva York a un hotel.

Aunque le dolía terriblemente la nariz y hacia mucho frío Holden se fue andando a la estación, con una maleta a cada mano. Era cerca de media noche pero no tubo que esperar mucho tiempo a que llegará el tren. Sentado en su asiento, Holden pensaba que le gustaba viajar en tren y sobretodo de noche.

En una de las estaciones subió una señora y se sentó a su lado. Holden pensó que tendría cuarenta o cuarenta y cinco años, pero era muy guapa. Iba muy bien vestida, llevaba joyas y una orquídea en la solapa, al chico le gustan muchisimo las mujeres. Holden imaginó que quizás vendría de una fiesta. De golpe la señora le dijo si lo que colgaba de una de sus maletas era una etiqueta de Pencey. Holden le dijo que si y ella le contó que tenia a su hijo estudiando en ese colegio, se llamaba Ernets Morrow. Holden lo conocía ya que iban a la misma clase pero lo odiaba bastante. La señora le preguntó su nombre y Holden le dio un nombre falso. También mintió sobre lo que pensaba de su hijo y le empezó a dar coba y ha contarle historias falsas de su Ernest. La buena señora estaba que no cabía de felicidad. De pronto la señora le preguntó porque regresaba a su casa antes de las vacaciones de Navidad y Holden la mintió descaradamente contándole una historia de que lo habían de operar de un tumor pequeño en el cerebro. La señora poso cara de preocupada de verdad, pero Holden la tranquilizó diciéndole que era una operación sencilla. Cuando la señora se bajó del tren le deseó suerte en la operación y le invitó a que los visitara en verano a la casa que tenían en la playa. Holden volvió a mentir y dijo que en verano siempre iba ha visitar a su abuela que vivía en Sudamérica. Después de mentir Holden siempre se preguntaba porque le gustaba tanto decir trolas.

Joan plata 2 de mayo de 2010